El primer vicepresidente del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, anunció este miércoles que el próximo sábado el chavismo marchará para seguir “celebrando la victoria de la revolución bolivariana”, en relación a las presidenciales, en las que las autoridades electorales proclamaron a Nicolás Maduro.
“El sábado nosotros vamos a la calle a marchar en toda Venezuela, vamos para la calle a seguir celebrando la victoria de la revolución bolivariana”, señaló el también diputado.
Cabello aseguró que la oposición mayoritaria, que también convocó a una manifestación para este sábado, no podrá con el chavismo.
“Búsquenos que los vamos a joder, interprétenlo como ustedes quieran, pero aquí se acabó la mamadera de gallo (broma), asuman su responsabilidad que nosotros asumimos la nuestra”, añadió.
El líder chavista no ofreció mayores detalles sobre la convocatoria de esta manifestación.
El martes, la mayor alianza opositora de Venezuela -la Plataforma Unitaria Democrática (PUD)- convocó a una protesta mundial el sábado 17 de agosto en más de 100 ciudades, en defensa de la verdad, en alusión a la victoria que -insiste- obtuvo Edmundo González Urrutia en los comicios del 28 de julio, frente a Maduro, proclamado ganador por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
A través de X, la oposición mayoritaria llamó a los venezolanos en el exterior -unos 7,77 millones, según la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes (R4V)- a exigir el respeto a “los resultados del 28 de julio”, que la PUD basa en el “83,5 %” de las actas que asegura haber recogido gracias a testigos y miembros de mesa, según las cuales su abanderado ganó a Maduro por amplio margen.
Esta protesta, también dentro de Venezuela, fue convocada el pasado sábado por González Urrutia y su principal valedora, la ex diputada María Corina Machado.
El CNE, que dice haber sufrido un ataque cibernético el día de las votaciones, aún no publica los resultados desagregados que confirmen la victoria de Maduro, un silencio que ha sido cuestionado por numerosos países y organizaciones, incluido el Centro Carter, que participó como observador en los comicios.