En un gesto de sororidad y respaldo colectivo, mujeres de toda Colombia levantaron su voz en defensa del liderazgo femenino en el Valle del Cauca. Ante los ataques misóginos que ha sufrido la gobernadora departamental, las manifestaciones de apoyo muestran que la dignidad y el respeto por la mujer no son negociables.
El llamado de solidaridad surgió como reacción a recientes actos de violencia simbólica y amenazas hacia la mandataria, denunciados públicamente por la administración regional. La respuesta fue inmediata: lideresas sociales, representantes de comunidades y ciudadanos comunes alzaron su voz para rechazar el hostigamiento, exigir respeto por la mujer en la política y reivindicar su derecho a ejercer con tranquilidad cargos públicos en el departamento.
Este respaldo masivo evidencia el descontento de amplios sectores frente a formas de agresión que violentan derechos fundamentales, y resalta la necesidad urgente de erradicar la misoginia estructural de los espacios de poder. Las adherentes al manifiesto de protección sostienen que los episodios de violencia simbólica —ya sea mediante insultos, amenazas, desprestigio o exclusión— son tan lesivos como los ataques físicos, pues buscan silenciar y amedrentar.
Para muchas mujeres vallecaucanas, la defensa a la gobernadora es también una defensa de sus propias aspiraciones: abrir camino, participar activamente, reclamar equidad y visibilidad. Ese respaldo colectivo, dicen, pretende enviar un mensaje claro: en el Valle no hay espacio para la violencia de género ni para atacar quienes luchan por su tierra y su gente.
El momento exige conciencia, respeto y solidaridad. La violencia simbólica no debe ser tolerada. Cuando una mujer es atacada por su condición, lo que se agrede es el avance de toda una comunidad que apuesta por la igualdad, la inclusión y el valor del liderazgo femenino. CaliNoticia.com
