La esperanza por una movilidad más justa y conectada crece en el Valle del Cauca. El gobierno departamental ratificó que el Tren de Cercanías del Valle sigue en pie, con recursos comprometidos y nueva estrategia de financiación, aun cuando el respaldo nacional quedó en entredicho.
La mandataria regional aseguró que, aunque no llegó la cofinanciación del Estado, la región ha dispuesto ya vigencias futuras para avanzar. Además, se abrió la puerta a inversión privada y del sector internacional para no frenar una obra clave que conectará municipios, reducirá tiempos de viaje y dinamizará oportunidades para miles de familias.
Desde el Valle del Cauca hay una determinación clara: el tren no se detiene. En su tramo inicial, este sistema buscará conectar a Cali y Jamundí, abriendo un corredor que, en etapas posteriores, podría extenderse hacia Yumbo, Palmira y otros municipios. Con 23 km previstos, decenas de estaciones y un diseño 100 % eléctrico, el proyecto está concebido como una apuesta por transporte moderno, sostenible y al servicio de la comunidad.
La región ya comprometió recursos propios: a través de vigencias futuras —aprobadas recientemente por la asamblea departamental— se garantizan aportes significativos para iniciar la obra. Esta decisión se acompaña de una nueva estrategia: buscar financiación privada y respaldo internacional, un movimiento que demuestra que el Valle no dependerá únicamente del aval del Gobierno nacional.
Más allá de la construcción: este tren representa una oportunidad concreta para transformar la vida de miles de vallecaucanos. Reducir el tiempo de desplazamiento diario, facilitar la movilidad entre municipio y ciudad, generar empleo en la etapa de obra y operación, y ofrecer una alternativa más limpia y sostenible son solo algunos de los beneficios que trae consigo. Para muchos, es también la posibilidad de reactivar la economía local y mejorar la calidad de vida.
El reto que viene es claro: consolidar esta apuesta sin que quede en votos, anuncios o promesas. Será necesario mantener la vigilancia ciudadana, asegurar financiación real y transparente, involucrar al sector privado comprometido y avanzar con hechos tangibles. Si se logra, el Valle del Cauca podrá dar un paso enorme hacia una movilidad digna, conectada e incluyente.
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