La violencia volvió a golpear a las comunidades del Valle. El viernes en la noche fue asesinado Álvaro Roncancio Aguirre, presidente de la Junta de Acción Comunal del corregimiento de Tenjo en Palmira. El líder social, de 64 años, fue interceptado por sicarios en el sector del Bulevar de la Carbonera, barrio Zamorano, mientras se movilizaba en su vehículo.
Roncancio había denunciado amenazas contra su vida y, de hecho, había tenido que abandonar su lugar de residencia días antes del ataque. La Defensoría del Pueblo ya había advertido del riesgo con alertas tempranas en 2023 y 2024, señalando la presencia de grupos armados ilegales que imponen control social en zonas rurales de Palmira.
El asesinato fue confirmado por Indepaz, que registró a Roncancio como el líder social número 101 asesinado en lo corrido del 2025 en Colombia. “La imposición de normas de control social por parte de grupos armados ilegales representa un riesgo permanente para quienes lideran”, advirtió Leonardo González, director de la organización.
La Policía Valle activó un plan candado en las vías y la Fiscalía asumió la investigación para dar con los responsables. Sin embargo, el crimen evidencia, una vez más, la desprotección en la que viven los líderes comunitarios que alzan la voz en el país.
