La Plazoleta de San Francisco, en el corazón de Cali, volverá a latir al ritmo del campo: este fin de semana se llevará a cabo un nuevo Mercado Campesino, una jornada en la que productores rurales del Valle del Cauca llevarán sus cosechas directamente a la ciudad, sin intermediarios, para ofrecer frutas, verduras, hortalizas, lácteos y otros productos frescos a precios justos. El llamado llega con fuerza para quienes quieren apoyar el campo desde la ciudad mientras llenan su mesa con productos naturales.
Este espacio —impulsado por el gobierno departamental como parte de su programa de fortalecimiento agrícola— busca crear un puente real entre quienes trabajan la tierra y quienes compran. La apuesta no es solo comercial: es también social, económica y cultural. Desde las primeras horas de la mañana, los campesinos instalarán sus puestos: cada canasta, cada fruto, representa el fruto del esfuerzo rural; cada compra, una oportunidad para que esas familias tengan ingresos dignos y puedan seguir cultivando la tierra con dignidad.
Para muchos pequeños productores de municipios alejados del Valle, participar en este Mercado Campesino significa romper barreras logísticas y de costos. Sin intermediarios que reduzcan sus ganancias, pueden ofrecer directamente sus productos al público urbano, obteniendo un precio justo por su labor. Además, esta cercanía ciudadana permite que los consumidores conozcan de primera mano quiénes cultivan los alimentos que llegan a su mesa, promoviendo transparencia, consumo responsable y fortaleciendo el vínculo entre ciudad y campo.
La oferta del mercado es diversa: frutas, verduras, hortalizas, verduras de hoja, tubérculos, productos lácteos, huevos, miel, café, plantas medicinales, semillas tradicionales, conservas, artesanías rurales… Una amplia gama que permite abastecer despensas con productos frescos, naturales y cultivados en el Valle. Este tipo de iniciativas también promueven la soberanía alimentaria, la producción sostenible y el consumo consciente. Para muchas familias caleñas, esta jornada se convierte en una alternativa atractiva frente a los supermercados: más frescura, precios justos, apoyo al productor local y la satisfacción de saber que su compra impacta directamente positivamente en el campo.
Más allá de la venta, el Mercado Campesino también es una fiesta cultural. Se espera que el ambiente combine colores, aromas, sabores y tradiciones: el intercambio entre productores y compradores, las historias de quienes cultivan la tierra, el orgullo rural y el reconocimiento a la labor campesina. Es una oportunidad para rescatar el valor del campo, para acercar lo rural a lo urbano, y para recordar que detrás de cada fruto hay manos, historias y territorios.
Para quienes quieran asistir, la invitación es clara: sumarse con entusiasmo, valorar lo local y reconocer que apoyar estos espacios va más allá de comprar —es respaldar economías familiares, conservar prácticas tradicionales, proteger alimentos de calidad y fortalecer al Valle del Cauca como región que apuesta por su gente y su tierra. Este fin de semana, la Plazoleta de San Francisco se convierte en punto de encuentro entre el campo y la ciudad, entre quienes cultivan y quienes comen.
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