La ciudad amaneció con una noticia que llenó de tristeza a grandes y chicos: Indira, la tigresa de Bengala más querida del Zoológico de Cali, falleció el sábado 16 de agosto luego de un inesperado enfrentamiento con su hijo Kanú, con quien compartía hábitat desde hacía más de una década.
La noticia fue confirmada por el zoológico en un comunicado cargado de pesar: “Con profundo dolor despedimos a Indira, nuestra tigresa de Bengala. Su partida nos recuerda que la vida y la muerte hacen parte del mismo camino”.
Indira tenía 21 años, una edad avanzada para su especie en cautiverio. Fue trasladada de urgencia a la zona médica del parque tras la disputa con Kanú, pero a pesar de los esfuerzos del equipo veterinario, no fue posible salvarle la vida.
Una convivencia de años que terminó en tragedia
La historia de Indira y Kanú había sido un símbolo de armonía y fortaleza familiar en el zoológico. Kanú, nacido allí hace unos 13 años, creció junto a su madre y nunca antes se había registrado un episodio de agresión entre ambos. La noticia de la pelea sorprendió tanto a cuidadores como a visitantes, pues su relación había sido tranquila durante más de 12 años.
“Para nosotros era como ver una familia consolidada dentro del hábitat. Indira era una madre ejemplar, y Kanú siempre mostró respeto y cercanía hacia ella. Esta situación nos deja perplejos y con un profundo vacío”, compartió uno de los cuidadores del zoológico en medio del duelo.
Aunque aún no se conocen las causas exactas del enfrentamiento, expertos en comportamiento animal explican que en felinos de gran tamaño, los cambios de jerarquía, la territorialidad o situaciones de estrés pueden desencadenar episodios de agresividad inesperada.
El legado de Indira: más que un símbolo del zoológico
Indira no era una tigresa cualquiera. Se convirtió en un referente del Zoológico de Cali y en un símbolo para miles de familias que durante dos décadas la visitaron, aprendieron de su especie y se maravillaron con su imponencia y nobleza.
Su presencia hizo parte del programa de conservación del zoológico, que trabaja en la preservación de especies amenazadas y en la educación ambiental de la comunidad.
“Indira fue testigo de generaciones de visitantes. Muchos niños que vinieron a verla hoy son adultos que recuerdan con cariño sus primeras visitas al zoológico. Ella no solo era un animal, era parte de la memoria emocional de Cali”, expresó una visitante que acudió este domingo al parque para dejar flores frente al recinto.

Kanú, bajo observación y evaluación
Tras el incidente, Kanú se encuentra bajo estricta observación veterinaria. El equipo del zoológico adelanta evaluaciones sobre su comportamiento y el manejo de su hábitat para garantizar su bienestar y evitar futuros episodios de riesgo.
Los especialistas resaltan que, aunque doloroso, este tipo de sucesos hacen parte de la complejidad de la vida animal y de las dinámicas propias de las especies. Sin embargo, se revisarán los protocolos de convivencia y los recintos para reforzar las medidas de seguridad.
Un zoológico reconocido internacionalmente
El Zoológico de Cali, considerado uno de los más importantes de América Latina, cuenta con la acreditación de la Asociación de Zoológicos y Acuarios (AZA), que certifica altos estándares de bienestar animal.
Este reconocimiento internacional obliga a la institución a mantener estrictos protocolos de manejo y cuidado, algo que hoy cobra especial relevancia tras la partida de Indira.
La dirección del zoológico aseguró que se fortalecerán las medidas de acompañamiento tanto para el equipo de cuidadores —afectados emocionalmente por la pérdida— como para la comunidad visitante, que ha expresado su dolor en redes sociales y en el mismo parque.
Una despedida cargada de emociones
Las redes sociales del zoológico se llenaron rápidamente de mensajes de despedida. Fotografías de Indira descansando bajo el sol o rugiendo con fuerza inundaron los comentarios de ciudadanos que la consideraban un ícono de la ciudad.
“Siempre la recordaré como parte de mi infancia”, escribió un usuario. “Gracias por tantos años de vida y enseñanza, querida Indira”, comentó otra visitante habitual.
El zoológico prepara un homenaje simbólico para recordar a la tigresa y sensibilizar a la ciudadanía sobre la importancia de proteger a los grandes felinos, tanto en cautiverio como en libertad, donde enfrentan serias amenazas de extinción.
La fragilidad y la responsabilidad
La muerte de Indira deja una enseñanza sobre la fragilidad de la vida animal y la enorme responsabilidad que implica su cuidado en entornos controlados. También invita a reflexionar sobre la necesidad de fortalecer la conservación de especies amenazadas y de seguir trabajando para que la relación entre humanos y naturaleza sea más respetuosa y sostenible.
Cali despide a Indira con gratitud y dolor. Su rugido se apagó, pero su legado como embajadora de la conservación y símbolo del Zoológico de Cali permanecerá en la memoria de toda la ciudad.