La capacidad de burlarse de sí mismo convirtió a Camilo Sánchez en el mejor comediante del año del programa de humor más antiguo de la televisión colombiana.
mpieza la función. O la rutina, como la llaman los humoristas. Al escenario sube un joven que viste jeans, camiseta negra y tenis. Lleva una gorra con la visera hacia atrás. Se mueve abruptamente. Como si tuviera un párkinson que hace rato se salió de control.
«Hola a todos, cómo están. ¿Bien?», pregunta Camilo Sánchez al público, quien en coro responde. «Bieeeeeeeeeeeeeen».
«Como pueden ver yo no estoy tan bien. Padezco una enfermedad que se llama Síndrome de Tourette. Es una enfermedad que produce unos movimientos involuntarios, porque si fueran voluntarios no las haría (…) veo gente confundida, como que no saben si están viendo Sábados Felices o una Teletón». Es el poder de burlarse de sí mismo. Es humor negro puro y duro.
Esa capacidad de convertir su enfermedad en una rutina de humor, llevó a Camilo Sánchez a convertirse en el mejor humorista de Sábados Felices durante el 2017. Ganó $145 millones. «Con esta plata compro la casa para mi mamá y el resto la invierto comedia y a una cachucha». En el programa final, Sánchez se enfrentó con Andrés ‘El Pato’ Velásquez, Los Ferriñiquitos y a Jorge Torres ‘El Diablo’
Vía: El Espectador