Desde su infancia, Geraldine Zamorano ha tenido una visión clara: trabajar para crear algo propio. Inspirada por los comerciantes del centro de Cali, esta caleña de 29 años desarrolló desde muy joven una fascinación por el emprendimiento, que la llevó a fundar Hanska, una empresa de regalos corporativos y sociales. Este negocio no solo es el reflejo de su pasión por crear experiencias memorables, sino que también se ha convertido en una plataforma de apoyo para mujeres emprendedoras, quienes encuentran en Hanska una vía para alcanzar independencia financiera y administrar mejor su tiempo.
Geraldine comenzó a trabajar a los 16 años y, desde entonces, desarrolló una admiración profunda por los comerciantes que día a día luchaban por sacar adelante sus negocios en el corazón de Cali. Su sueño inicial era abrir una boutique, pero con el tiempo su enfoque evolucionó. Estudió Comunicación Social en la Universidad Autónoma de Occidente, destacándose en el área de comunicación organizacional. Tras años de experiencia en empresas privadas, llegó el momento en el que decidió dar un giro radical: en medio de la pandemia de 2020, cuando el mundo enfrentaba desafíos sin precedentes, Geraldine fundó Hanska.
La empresa nació con un propósito claro: crear experiencias que generen sonrisas y recuerdos inolvidables a través de detalles únicos, pero también brindar una oportunidad para el crecimiento de pequeñas empresarias. “Mi pasión es ayudar a los demás, abrir puertas a mujeres que, al igual que yo, tienen sueños por cumplir. Nuestros principales proveedores son mujeres emprendedoras, y muchas de ellas tienen los mismos deseos e ilusiones con las que Hanska empezó”, comenta Geraldine.
Con los años, Hanska ha crecido a pasos agigantados, consolidándose como un negocio confiable y creativo. Actualmente, la empresa cuenta con una cartera de 80 clientes corporativos de renombre, quienes valoran la seriedad, creatividad y personalización que caracterizan sus productos. Geraldine asegura que este respaldo le ha dado a Hanska la confianza para seguir creciendo y la impulsa a dar el siguiente gran paso: abrir su primer local físico en el norte de Cali. Con esta inversión, Geraldine no solo busca ampliar su alcance, sino también generar nuevos empleos y aportar al desarrollo económico de la ciudad.
El sueño de Geraldine es convertir Hanska en un referente de éxito, disciplina y propósito. Para ella, el emprendimiento va mucho más allá de los beneficios económicos. Su motivación es inspirar a otras mujeres a tomar las riendas de sus vidas, a arriesgarse por sus sueños y a creer en sus capacidades. “Para alcanzar la cima, un emprendimiento debe basarse en algo más que una simple idea; debe tener una razón de ser, un propósito que vaya más allá de lo económico y que despierte pasión cada día”, reflexiona.
En palabras de Geraldine, su camino como emprendedora ha sido una mezcla de trabajo arduo, perseverancia y fe. “Le entregué mi sueño a Dios y él ha obrado en mi negocio. Hoy, Hanska es un proyecto que, además de cumplir con altos estándares de creatividad y calidad, es un espacio en el que muchas mujeres pueden proyectarse y encontrar respaldo para sus ideas”.
Con su primer local próximo a abrir, Geraldine se siente orgullosa de su contribución al desarrollo de las mujeres emprendedoras de Cali y de estar dejando una huella positiva en la comunidad.
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